Foto. El mar, lo marítimo y su conocimiento, en cualquiera de sus vertientes, debería ser una cuestión de capital importancia en un territorio insular como el nuestro.En los próximos meses muchos esperan
con ansiedad volver a la rutina, a la normalidad, que los escolares y
sus padres puedan volver a reemprender, unos las tareas de
aprendizaje y formación y los otros sus quehaceres normales
olvidándose de la interrupción que todo lo vivido ha supuesto para
la dinámica de la vida ordinaria.
Con esta vuelta es quizás un buen
momento para plantearse la idea de que presencia tiene el mar y la
educación marítima en la vida de nuestros niños, que no lo
olvidemos son los adultos del mañana. Esa cuestión, por desgracia,
tiene una respuesta clara: ninguna.
En todos los colegios, tanto públicos
como privados, existe todo un
abanico de asignaturas, que difieren bastante de un colegio, escuela
o instituto a otro, son las llamadas asignaturas optativas. En unas
islas como las nuestras, en las que se vive rodeados del mar por
todas partes, no resulta un absurdo preguntarse cuantos colegios
dedican una asignatura de estas llamadas optativas a familiarizar a
los niños con el mar. Pues bien el resultado vuelve a ser ninguno.
Parece ser que existe un caso de un colegio privado que ofrece la
posibilidad de realizar una actividad extraescolar de aprendizaje de
la vela, pero eso es todo.
El mar, lo marítimo y su conocimiento,
en cualquiera de sus vertientes, debería ser una cuestión de
capital importancia en un territorio insular como el nuestro, y como
tal, por lógica, debería ser una prioridad, empezar a proveer a
nuestros niños de una cultura marítima, pero ello no es así. Si
nos olvidamos de los cursos de verano y del esfuerzo que realizan
algunos clubes náuticos y escuelas de vela para fomentar, en la
medida de sus posibilidades y las de los padres, la práctica de los
deportes náuticos y el conocimiento del mar entre los niños, lo
cual suele hacerse durante los meses de verano, ya que en invierno
sólo practican este deporte algunos iniciados, las enseñanzas
náuticas y marítimas para niños y jóvenes en nuestras islas son
inexistentes.
El mundo náutico y marítimo en toda su extensión es un importante
nicho de mercado; a nivel europeo hay un importante déficit de
profesionales marítimos de toda índole, por tanto sería lógico
que desde los poderes públicos y las entidades educativas se tratase
de potenciar, al igual que se hace en otros campos, la posibilidad de
dar a conocer un mundo que quizás, por lo desconocido, resulta
extraño a la mayoría de los jóvenes salvo por su vertiente lúdica
o como una forma de pasar un tiempo durante las vacaciones de verano.
Otros países de nuestro entorno,
fomentan, desde la más tierna infancia el contacto y el
descubrimiento del mar por parte de los escolares. Sólo hay una
cuestión que diferencia a esos países o territorios con el nuestro
y esa es la cultura marítima. En España no existe la cultura
marítima, a pesar de ser el segundo país de Europa con más
kilómetros de costa y uno de los que cuenta con una mayor historia
marítima. Por lo que respecta a las Islas Baleares, el concepto de
cultura marítima, salvo honrosas excepciones, no es que no exista,
es que nadie se plantea ni siquiera su posible existencia.
En absoluto resultaría descabellado
pensar en la posibilidad de que algunos colegios ofreciesen como
asignatura optativa, una de introducción a la cultura marítima, al
igual que se ofrece, taller de electricidad, procesos de
comunicación, tecnología, taller de teatro u otras similares.
Seguro que sería una optativa que,
bien diseñada, despertaría mucho interés entre nuestros niños y
jóvenes, y a algunos les podría orientar hacia una salida
profesional que no se plantean.