Análisis de la situación de la
industria marítima en el año 2030
Las nuevas corrientes del movimiento ambientalista han puesto en tela de juicio la capacidad de contaminación de la industria marítima a nivel global. No obstante, desde la propia industria se ha emprendido una denodada lucha para adaptar el transporte marítimo a las nuevas tendencias ambientalistas de la sociedad. No obstante este no es el único problema que tiene que enfrentar el transporte marítimo en el próximo decenio.
De acuerdo con la Global Marine
Trends 2030, un informe elaborado conjuntamente por investigadores
de Lloyd Register, QinetiQ y la Universidad de
Strathclyde, en el que se analizó al detalle el
transporte comercial, el sector naval y la energía
en alta mar, estimando que el crecimiento volverá en
las próximas dos décadas generándose una amplia gama de
oportunidades en estas tres áreas.
Mediante una planificada metodología
de los posibles escenarios, el informe ofreció tres grandes visiones
de cómo puede desarrollarse el futuro, examinando detalladamente la
forma en que cada uno puede, a su vez, influir en la evolución de la
industria marítima
a finales del primer tercio del siglo. Predecir el
futuro es, por supuesto, muy difícil, pero incluso en el más
negativo de los escenarios previstos, el crecimiento marítimo es
fuerte según los expertos del sector. Como resultado, podría
incrementarse el comercio marítimo de las actuales 9 mil millones de
toneladas a más
de 24 mil millones, consiguiendo China hacerse con
una cuarta parte de la flota mercante mundial.
En 2018, la flota mundial ya superaba
los 115.000 buques mercantes autopropulsados por encima de 99
toneladas de arqueo bruto, principalmente petroleros, graneleros y
portacontenedores. Con el potencial crecimiento previsto de la
industria marítima en cifras que duplican las actuales, el tonelaje
total de los principales tipos de buques crecerá, aunque a
diferentes ritmos.
Como resultado, veremos como la flota
de buques portacontenedores es la que gozará de un mayor incremento,
mientras que la flota petrolera es la que tendrá el crecimiento más
lento de todas durante las próximas dos décadas, posicionándose
China (impulsada por sus crecientes necesidades de recursos
naturales) como la superpotencia marítima emergente.
En este contexto universal de
crecimiento impulsado por China, la dinámica está cambiando también
dentro de los diferentes tipos de buques. Parte de la flota petrolera
de Europa se reducirá en alrededor de una cuarta parte de su actual
40%, mientras que China y el sudeste asiático controlarán
aproximadamente el 30% del total. También se espera que Europa
Occidental vea un descenso en su cuota de transporte de GNL, del 29%
a alrededor del 22%, aunque este tipo de buques se mantendrá en gran
parte dominado por Oriente Medio, Europa y Japón durante el período,
no obstante China y África empiezan a competir fuertemente en este
campo.
Parte de los buques portacontenedores
de Europa también verán una caída significativa, de alrededor de un tercio de la flota existente en 2010, mientras que China,
Oriente Medio, sudeste de Asia y América Latina, crecerán
exponencialmente. Por último, Europa y Japón reducirán su
participación en los mercados de graneleros, mientras que China lo
incrementará desde el 22% actual hasta el 31% en las próximas dos
décadas.
La actividad de la construcción
naval es probable que aumente por el número de
pedidos de buques de GNL, graneleros y portacontenedores, mientras se
espera que los pedidos de petroleros bajen, lo que significa que a
efectos de las entregas totales se mantendrán en el nivel actual
hasta el año 2030. Además, se prevé que gran parte de la actividad
que disfrutan actualmente los astilleros de Corea del Sur y Japón
disminuya en los próximos veinte años, ya que otras naciones como
China comienzan a dominar el mercado de la construcción naval.
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