jueves, 6 de febrero de 2020


Análisis de la situación de la industria marítima en el año 2030



Las nuevas corrientes del movimiento ambientalista han puesto en tela de juicio la capacidad de contaminación de la industria marítima a nivel global. No obstante, desde la propia industria se ha emprendido una denodada lucha para adaptar el transporte marítimo a las nuevas tendencias ambientalistas de la sociedad. No obstante este no es el único problema que tiene que enfrentar el transporte marítimo en el próximo decenio.

De acuerdo con la Global Marine Trends 2030, un informe elaborado conjuntamente por investigadores de Lloyd Register, QinetiQ y la Universidad de Strathclyde, en el que se analizó al detalle el transporte comercial, el sector naval y la energía en alta mar, estimando que el crecimiento volverá en las próximas dos décadas generándose una amplia gama de oportunidades en estas tres áreas.

Mediante una planificada metodología de los posibles escenarios, el informe ofreció tres grandes visiones de cómo puede desarrollarse el futuro, examinando detalladamente la forma en que cada uno puede, a su vez, influir en la evolución de la industria marítima a finales del primer tercio del siglo. Predecir el futuro es, por supuesto, muy difícil, pero incluso en el más negativo de los escenarios previstos, el crecimiento marítimo es fuerte según los expertos del sector. Como resultado, podría incrementarse el comercio marítimo de las actuales 9 mil millones de toneladas a más de 24 mil millones, consiguiendo China hacerse con una cuarta parte de la flota mercante mundial.

En 2018, la flota mundial ya superaba los 115.000 buques mercantes autopropulsados por encima de 99 toneladas de arqueo bruto, principalmente petroleros, graneleros y portacontenedores. Con el potencial crecimiento previsto de la industria marítima en cifras que duplican las actuales, el tonelaje total de los principales tipos de buques crecerá, aunque a diferentes ritmos.

Como resultado, veremos como la flota de buques portacontenedores es la que gozará de un mayor incremento, mientras que la flota petrolera es la que tendrá el crecimiento más lento de todas durante las próximas dos décadas, posicionándose China (impulsada por sus crecientes necesidades de recursos naturales) como la superpotencia marítima emergente.

En este contexto universal de crecimiento impulsado por China, la dinámica está cambiando también dentro de los diferentes tipos de buques. Parte de la flota petrolera de Europa se reducirá en alrededor de una cuarta parte de su actual 40%, mientras que China y el sudeste asiático controlarán aproximadamente el 30% del total. También se espera que Europa Occidental vea un descenso en su cuota de transporte de GNL, del 29% a alrededor del 22%, aunque este tipo de buques se mantendrá en gran parte dominado por Oriente Medio, Europa y Japón durante el período, no obstante China y África empiezan a competir fuertemente en este campo.

Parte de los buques portacontenedores de Europa también verán una caída significativa, de alrededor de un tercio de la flota existente en 2010, mientras que China, Oriente Medio, sudeste de Asia y América Latina, crecerán exponencialmente. Por último, Europa y Japón reducirán su participación en los mercados de graneleros, mientras que China lo incrementará desde el 22% actual hasta el 31% en las próximas dos décadas.

La actividad de la construcción naval es probable que aumente por el número de pedidos de buques de GNL, graneleros y portacontenedores, mientras se espera que los pedidos de petroleros bajen, lo que significa que a efectos de las entregas totales se mantendrán en el nivel actual hasta el año 2030. Además, se prevé que gran parte de la actividad que disfrutan actualmente los astilleros de Corea del Sur y Japón disminuya en los próximos veinte años, ya que otras naciones como China comienzan a dominar el mercado de la construcción naval.


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