Efectivamente, los chalecos salvavidas son el instrumento de seguridad por excelencia que debe ir a bordo de cualquier embarcación. Es muy importante que estos elementos de seguridad puedan ser localizados y sean rápidamente accesibles para todas las personas de a bordo.
Toda embarcación debe disponer, como mínimo, de un chaleco para cada tripulante adaptado a su talla, peso y edad. Los menores deben disponer de un chaleco salvavidas a su medida, el cual, con preferencia debe tener cinchas pasadas por las piernas denominadas ‘pataletas’.
En cualquier embarcación, tanto profesional como de recreo, se deben mantener los chalecos en perfectas condiciones, con las hebillas y pasadores y cierres limpios y engrasados. En el caso de que los chalecos se mojen con agua de mar hay que lavarlos con agua dulce y secarlos antes de proceder a su estiba.
En el caso de que los chalecos salvavidas sean inflables es importante recordar que deben ser revisados anualmente en una estación de mantenimiento autorizada.
La normativa CE distingue cuatro tipos de chalecos definidos según su grado de flotabilidad expresada en Newtons (N), recordemos que 10 Newtons equivalen a 1 Kilógramo de empuje de flotación.
El chaleco de 50 N puede utilizarse en aguas encalmadas y cercanas a la orilla. No garantizan que el rostro permanezca en el aire en todo momento. Se utilizan para actividades deportivas como el remo, las motos de agua o el windsurf y no están incluidos en la normativa del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para su utilización en la navegación de recreo.
Equipados con un chaleco de 100 Newtons, un náufrago puede esperar un rescate próximo en el tiempo siempre que sea en aguas relativamente calmadas.
Con un chaleco de 150 Newtons ya se puede soportar el mal tiempo en mar abierto.
Y por último, con un chaleco de 275 Newtons se pueden soportar situaciones extremas en mar abierto siempre y cuando se lleve abundante ropa de abrigo.
En el marcado se pueden encontrar numerosos modelos de chalecos salvavidas, pero todos deben tener homologación CE o de SOLAS, además de disponer de bandas reflectantes para posibilitar su localización.
No cabe duda de que los chalecos autoinflables son más cómodos, al facilitar los movimientos a bordo siendo los de 150 Newtons los que ofrecen mayor versatilidad.
Los chalecos pueden tener una serie de accesorios muy útiles y recomendables como un arnés incorporado con línea de vida que resultan muy prácticos y seguros en embarcaciones a vela.
Los chalecos con baliza personal son ideales para todos los casos de accidente con hombre al agua. Están dotados de avisador y localizador automáticos. En el agua emiten una señal que es captada en el puente ayudando a localizar al náufrago mediante radiogoniometría.
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