martes, 30 de junio de 2020

Tipos de oficiales que se pueden encontrar a bordo de un crucero

Foto. Un buque de cruceros se divide en dos grandes departamentos, el de navegación y el de hotelería.

Los uniformes, los rangos y los cargos son siempre una cuestión que desata la curiosidad de los pasajeros que realizan un crucero que suele desatar eternas dudas entre el pasaje que no está familiarizado con el mundo de la mar.

Resulta normal que cuando algún pasajero se cruza con un oficial a bordo le pique la curiosidad por saber si está ante el capitán o alguno de sus subordinados. De hecho, esta es una de las circunstancias que ha contribuido a generar multitud de anécdotas de las que cada día acontecen a bordo de un viaje marítimo.

El primer aspecto que todo crucerista debería conocer, para empezar a familiarizarse con el funcionamiento de la nave, evidentemente si ello es de su interés, es que el buque se divide en dos grandes departamentos, el de navegación y el de hotelería. El primero de ellos está formado por aquella parte de la tripulación que realiza funciones específicas relacionadas con la conducción de la nave, ya sea estrictamente su pilotaje o su gestión de la energía y propulsión, son quienes desde el punte llevan el buque de un puerto hasta otros y gestionan todos los aspectos técnicos del crucero. El segundo departamento, por su parte, suele ser el más numeroso en los cruceros y los buques de pasaje y son quienes cubren las necesidades de los pasajeros y supervisan su estancia para que esta sea lo más agradable posible, se encargan de los camarotes, restaurantes, bares, animación y demás servicios.

Sentada esta primera premisa ya se está en condiciones de conocer y familiarizarse con los rangos y los uniformes que se pueden encontrar a bordo. La mejor manera de identificar a quien tenemos delante es por los galones que viste, bien en las palas u hombreras bien el la bocamanga de su chaqueta. Si bien es cierto que entre una compañía y otra hay diferencias y entre los distintos países en los que están registrados los barcos también, prácticamente en todos los casos presentan unos rasgos comunes que permiten identificarlos y diferenciarlos.

Comencemos a desentrañar este especial con el capitán que según el derecho marítimo es quien ostenta la máxima autoridad a bordo del barco. Su posición y autoridad le faculta para retener a cualquier sospechoso o incluso celebrar una boda, en ciertas circunstancias. Supervisa las funciones de todos los departamentos. Normalmente lo distinguiremos por llevar cuatro galones, lisos o entrelazados e incluso formando una coca el superior. Todo está a sus ordenes y bajo su mando, siendo, de manera usual quien hace el brindis en la fiesta de gala.

Seguimos con otra figura de capital importancia, el primer oficial quien es la persona que controla la navegación, el puente y la gestión del buque junto con el capitán. Supervisa la navegación y controla que se siga la derrota o ruta prevista, así como la coordinación de los demás oficiales en las maniobras de atraque y desatraque. Además, es quien tiene a su cargo a toda la tripulación que le informa de todas las circunstancias acaecidas en cada singladura. Sus galones suelen ser tres.

También encontramos otros oficiales que se van denominando, segundo oficial, tercero, cuarto, etc, rara vez se encuentran muchos más. Trabajan en coordinación y bajo la supervisión del primer oficial, turnándose en las guardias en el control del puente y en las maniobras. Los reconoceremos porque suelen llevar dos galones.

Cierran la escala del departamento de navegación los oficiales junior, también conocidos como cadetes o alumnos y en España como agregados, denominación antigua que procede de su condición de “agregados al piloto”. Son futuros oficiales en prácticas, normalmente salidos de las escuelas de náutica. Desempeñan su función en el puente y en la maniobra siempre supervisados por un oficial superior. Su distintivo es un solo galón delgado.

El departamento de propulsión o de máquinas tiene una estructura similar al de navegación, dirigido por el jefe de máquinas, “chief” o “engineer” en inglés. Su rango es equivalente al del capitán ya que ocupa una de las mayores posiciones en el barco, tiene responsabilidad toda la parte técnica y mecánica de navegación (motores) y sobre la parte de hotelería relacionada con la habitabilidad y servicios técnicos (servicios como aire acondicionado, luz, etc.). Bajo su responsabilidad está todo el funcionamiento del navío. Está auxiliado por el primer oficial de máquinas y otros oficiales. En su departamento también encontramos alumnos. Sus galones son los mismos que lo de puente con un fondo de color, verde, azul o morado y a veces con una hélice

Antiguamente, esos eran todos los oficiales que encontrábamos a bordo de un crucero, pero actualmente hay mas. Por una parte el oficial de comunicaciones o electrónico su cometido se centra en las comunicaciones del barco con tierra y los elementos electrónicos, suelen estar asimilados a un primer oficial y llevan sus galones con fondo de algún color. También encontraremos al oficial de seguridad que junto a su personal vigila y supervisa tanto a pasajeros como tripulación. Cierran los oficiales de cometidos especiales el oficial médico que se encarga junto a sus ayudantes del servicio médico a la tripulación y pasajeros y el oficial de medioambiente que controla y supervisa los procesos internos del barco que generan residuos tóxicos. Suelen ser cargos también asimilados a primer oficial.

Por último, en el departamento de hotelería encontramos al oficial director de hotel, denominado también sobrecargo, suele tener una consideración equivalente al capitán y al jefe de máquinas. Su función se enfoca hacia el óptimo servicio hacia los pasajeros. Sus responsabilidades incluyen desde la hotelería y gastronomía hasta los espectáculos y programas de entretenimientos. Bajo su mando está el director del crucero, equivalente al primer oficial, cuya función consiste en presentar y preparar todas las actividades lúdicas para los pasajeros. Asimismo es el responsable de todas los espectáculos y eventos que se realizan en el buque.



sábado, 27 de junio de 2020

El Azzam continúa siendo el megayate más grande del mundo

Foto. El megayate Azzam navegando. Fuente. Pinterest

El 22 de octubre 2013 el Azzam, el yate más grande del mundo, fue entregado. Desde esa fecha hasta hoy mucho se ha esperado un nuevo buque que superase la eslora de este gigante de los mares, pero hoy, siete años después ningún otro yate ha logrado superar las enormes dimensiones de este coloso de los mares.

Además de ser el yate con mayor eslora del mundo con sus 180 metros es también titular de otros registros impresionantes, como unos motores que le proporcionan una potencia de 94.000 CV, una velocidad máxima de más de 30 nudos, y un tiempo de construcción impresionantemente corto de menos de cuatro años en el astillero Lürssen de Bremen.

Nauta Yachts firmó el estilo y el diseño exterior de este leviatán, inspirado en algunos de sus proyectos anteriores, como el Light 80 y el Light 90, que se define por la elegancia a través de la sencillez, el equilibrio en el diseño, siempre moderno pero no extremadamente vanguardista. Esta filosofía se ha convertido en el tiempo en la seña de identidad de esta empresa de diseño de grandes yates, que atrae a los clientes con esos mismos valores.

"Todos nuestros esfuerzos se concentraron en lograr un diseño presidido por un carácter fuerte y marinero, pero adornado de una elegancia sin igual, con los elementos de una arquitectura naval contemporánea, capaz de representar un hito en la flota mundial de superyates a lo largo de décadas", explicó Mario Pedol, consejero delegado de Nauta Yachts.

El Azzam es un yate privado construido por el afamado astillero alemán Lürssen Yachts sobre el diseño realizado por Nauta Yachts. El Azzam fue botado el 5 de abril de 2013 y con sus 180 metros (590 pies) de eslora es el mayor yate privado en el mundo. Tiene una impresionante manga de 20,8 metros (68'4 ") y un calado también inusualmente pequeño para su gran tamaño 4,3 metros (14'1 ").

El ingeniero naval Mubarak Saad al Ahbabi se encargó de dirigir la construcción del Azzam, mediante la ingeniería técnica aportada por Lürssen, el diseño realizado por Nauta Yachts y el diseño interior obra del estudio de Christophe Leoni. Tras un año de elaboración del proyecto de ingeniería, el yate fue construido en tres años, que es un tiempo de construcción muy breve teniendo en cuenta la complicidad del proyecto. El Azzam posee la capacidad de navegar a gran velocidad incluso en aguas cálidas y poco profundas al tiempo que proporciona un alojamiento de gran lujo y sofisticación. Como curiosidad y para hacerse una idea de su tamaño, cabe citar que el Azzam es más largo que un destructor británico de la clase 45 y alcanza la media eslora de un portaviones la clase de Nimitz . El barco ha logrado una velocidad máxima en las pruebas de mar superior a los 31,5 nudos, lo cual es impresionante para un barco de tal eslora.

Entre muchas otras peculiaridades, el yate cuenta con un salón principal con una longitud de 29 metros y una manga de 18 metros con un plano totalmente abierto y sin pilares. El navega impulsado por una combinación de dos turbinas de gas y dos motores diésel con una potencia total de salida de 70 MW (94 000 hp) que lo impulsan mediante cuatro bombas tipo jet, dos de las cuales son fijas en el centro de la popa y dos tienen capacidad de vectorización del empuje utilizando las salidas de agua de los conductos móviles situados a cada lado de las tobera fijas, a bajas velocidades el barco se controla con un joystick que dirige automáticamente las hélices de costado a proa y a popa (bow y stern thrusters).

Además, parece ser que la suite principal del yate está blindada y diseñada a prueba de explosiones. También dispone de un sistema de defensa antimisiles, dos helipuertos, una sala de cine, dos piscinas y su propio submarino en miniatura. Con un costo estimado de 605 millones de dólares, este yate ha costado el doble que el segundo yate más grande del mundo que continúa siendo el Eclipse.

De acuerdo con un informe elaborado por la web de la industria de megayates Tap, el Azzam fue encargado por "un multimillonario desconocido originario de un país no revelado de Oriente Medio" , y está clasificado como disponible para charter sin precio previo fijado. Con un coste operativo anual estimado en 60 millones de dólares, y dado su elevado coste de construcción, las estimaciones iniciales indican que será aún más caro que los 2,6 millones de dólares por semana que cuesta chartear el megayate Eclipse, el tercero del mundo en tamaño.



viernes, 19 de junio de 2020

Legendarios barcos que ya sólo navegan en el recuerdo

Foto. El Calypso navegando en sus tiempos de esplendor. Autor. Wikipedia.

Algunos barcos con mucha historia en sus cuadernas han desaparecido victimas de la desidia humana que ha sido incapaz de conservarlos para la posteridad. Son innumerables los casos de barcos que han adquirido mayor o menor fama que han sucumbido al soplete de oxicorte.

Esta no es una cuestión de tiempos pasados que la evolución de la sociedad haya eliminado. Aún hoy el patrimonio marítimo salvo honrosas excepciones sigue siendo objeto de poca atención conservadora.

En estos días hay dos caso especialmente sangrantes que se hicieron famosos en sendas series de televisión de mucho éxito en los años 70 y 80 del siglo pasado que se encuentran moribundos y abandonados a punto de ser despedazados en un rincón olvidado. Se trata del Pacific Princess, el barco de la serie “Vacaciones en el Mar” y el Calypso, el famoso barco de investigación del Comandante Jaques Ives Cousteau, desde el que rodó todos sus documentales sobre el mundo submarino

En lo que concierne al Pacific Princess, el barco de la serie Vacaciones en el Mar está escorado esperando su desmantelamiento. Su historia vital tremenda, digna de la mejor de las series de acción, incluyendo televisión, drogas, quiebras y demás.

La compañía propietaria del barco, la española Quail Cruises, no ha podido saldar sus deudas contraídas, por lo que ha vendido el buque a la empresa turca de desguaces Cesam Gemi Sokum. En 1998, ya este mismo navío, que entonces tenía otros propietarios, fue paralizado en el puerto de Pireo (Grecia) por su vinculación con una red de tráfico de drogas que conectaba el norte de África con Europa.

El barco de Cousteau, el Calypso fue el buque de investigación de Jacques-Yves Cousteau, uno de los más importantes investigadores del océano. Equipado con las más innovadoras tecnologías de la época, durante los años 60 y 70 este barco se convirtió en un icono de la investigación oceanográfica, a través de los numerosos documentales filmados durante sus viajes.

Fue construido por los astilleros Ballard Marine Railway Company de Seattle, Washington. Pertenecía a la primera serie de la clase BYMS, y fue puesto en grada el 12 de agosto de 1941 con la designación BYMS-26, botado el 21 de marzo de 1942, fue asignado a la Royal Navy en febrero de 1943 con el numeral HMS J-826 y destinado al servicio activo en el mar Mediterráneo, fue re-numerado como BYMS-2026 en 1944, puesto en reserva en Malta y finalmente, dado de baja en el registro naval en 1947.

En enero de 1996 el Calypso se hundió en el puerto de Singapur, tras colisionar con una barcaza. Pese a poder ser reflotado, ese accidente fue el inicio de una serie de litigios, tanto por la propiedad del buque, como por quien debía hacerse cargo de las reparaciones. Mientras tanto, el buque estuvo 10 años en el puerto de La Rochelle (Francia), degradándose aceleradamente.

Finalmente, en el año 2005 el Calypso pasó a ser propiedad de la Fundación Cousteau. En el 2007 se inició su reconstrucción en los astilleros Piriou, en la localidad Francesa de Concarneau. Desde el año 2009, dicha reconstrucción está suspendida por falta de financiación y el esqueleto del Calypso espera la declaración de patrimonio nacional, para acceder a los fondos públicos que supondrían su salvación, petición que fue aprobada en 2013.

En marzo de 2016 el Calypso es embarcado en un buque mercante rumbo a unos astilleros especializados en la ciudad de Izmir en Turquía para emprender la tan necesaria restauración con un coste de 10 millones de euros.

Mas las desgracias del Calypso aun no han terminado, el 12 de septiembre de 2017 en pleno proceso de restauración del casco de madera del buque, se produjo un incendio que destruyó algunas de las nuevas partes de madera que se le habían instalado, dilatando aún más en el tiempo las obras.



miércoles, 10 de junio de 2020

La naupatía o mal de mar un inconveniente molesto pero superable

Foto. El mareo por movimiento es un trastorno del equilibrio que padecen la mayoría de las personas que navegan.

La naupatía, el mal del mar, el mareo, son términos utilizados para definir un efecto fisiológico que sufren los seres humanos cuando permanecen en una embarcación.

Pocos son los afortunados, que se han hecho a la mar y nunca han pasado por esta experiencia. Marearse es uno de los efectos adversos que produce el embarcarse, sin embargo, como una respuesta del cuerpo que es, puede someterse a análisis y se evitado y combatido, con mayor o menor eficacia. Una de las mejores descripciones que se han hecho de este mal de los marineros es obra de Isidro Martí, Patrón profesional y profesor de Náutica, en cuyos trabajos se basa este artículo.

El mareo por movimiento es un trastorno del equilibrio que padecen la mayoría de las personas que navegan, y la sufren, la han sufrido o la sufrirán todo tipo de navegantes. Sólo se conocen contadísimas excepciones de personas que nunca se hayan mareado, a las que no hay que confundir con las que ya no se marean, después de haberse habituado al movimiento, pero que en sus inicios sí que lo sufrieron. Afecta al sentido del equilibrio y a la orientación espacial.

 Los efectos iniciales pueden variar de una persona a otra. Suele iniciarse con una sensación de incomodidad, seguida de un claro desinterés por lo que ocurre, excesiva salivación y eructos, y somnolencia con bostezos continuados.

Las cosas se complican cuando ya aparecen las náuseas, la palidez, el sudor frío, desencadenándose los vómitos definitivos más o menos violentos, con un cuadro final de postración y aletargamiento.

En las primeras horas o días de salir a la mar, si encontramos malas condiciones meteorológicas o sobre todo mar de fondo y hace tiempo que no navegamos, es habitual que nos afecte el mareo hasta que nos amarinemos.

Según las guías médicas, las personas que se marean deben seguir un tratamiento preventivo con antihistamínicos o parches de escopolamina, bajo prescripción médica. En España, es sin duda la Biodramina el medicamento estrella que todo navegante ha utilizado en alguna ocasión. Se puede adquirir con cafeína para paliar los efectos secundarios del medicamento que producen sueño si se requiere atención o se ha de colaborar en la navegación.

 El mayor peligro del tripulante mareado es la caída por la borda. El mareo suele aparecer con mal tiempo y con escora pronunciada, por lo que un navegante mareado es una víctima potencial. El patrón y el resto de la tripulación se encargarán de sujetar al afectado, o sencillamente le prepararán un balde para que pueda devolver con comodidad. Todo el mundo en cubierta debería llevar arnés cuando las condiciones son malas, pero hay que recordar que un tripulante mareado suele salir disparado del interior, sin arnés, con unas ansias inmensas de lanzarse a la borda y vomitar.

Si el tripulante no está definitivamente mareado es un buen consejo darle tareas sencillas en cubierta. Llevar el timón es una de ellas. Esta casi nunca suele fallar si los síntomas todavía no son muy graves. Ayuda a distraerlo, y los que es mejor, a fijar la vista en el horizonte, lo cual ayuda a equilibrar toda la caótica información que están recibiendo sus sensores. Si el tripulante es incapaz de realizar cualquier actividad, es conveniente tumbarlo sobre una litera a sotavento, en el lugar más estable del barco. Se ha de luchar contra la manía que tienen de quedarse en cubierta.

 Otra cosa es cómo se reacciona frente al mareo. Las primeras veces deja fuera de combate, pero uno se va acostumbrando. Algunos navegantes no es que no se mareen, sino que se han acostumbrado a trabajar estando mareados. Y aquí un aliado excelente es la responsabilidad. Cuando se es patrón, o jefe de guardia, o responsable de otros tripulantes, frente al peligro o el mal tiempo, el mareo se pasa de golpe, o sencillamente se ignora. Un factor del que no hablan las guías médicas es del contagio. El mareo es contagioso, y cuando un tripulante vomita, varios suelen ir detrás. 

 Varios son los factores de riesgo que influyen en el mareo, como son: la edad, los niños son más proclives mientras que las personas mayores de 50 años se marean menos. También son importantes los antecedentes familiares, así como el hambre, es mejor tener siempre algo en el estómago. Por otra parte, son factores que fomentan su aparición el alcohol, bebidas ácidas y lácteos, ninguna bebida es más recomendable que el agua mineral. La ansiedad, temor o miedo también ayudan, así como la presencia de humos y olores (cigarrillos, gasóleo, etc). Por último también facilitan la aparición del mareo el frío, una mala ventilación y la resaca, indigestión, acidez o fatiga 24 horas antes de iniciar la navegación.

Cabe señalar que la editorial francesa de publicaciones marítimas Marines Editions ha editado recientemente, un nuevo e interesante estudio sobre el mal de mar o naupatía, comúnmente conocida como "mareo". Guy Le Moing, el autor, realiza un completo repaso de los diferentes aspectos de este interesante e importante asunto. Trata de las causas, de su tratamiento real y fantasioso, realiza un repaso histórico, analiza cómo se ha tratado el asunto en la literatura, enumera algunos inventos tecnológicos para intentar paliar esta dolencia y más cuestiones, todas muy interesantes.

Las consecuencias de la naupatia han sido trágicas en numerosas ocasiones. Por ejemplo, muchos soldados fallecieron en el desembarco de Normandía al no ser capaces de comportarse conforme a las normas bélicas por culpa del malestar con el que llegaron a las playas.


jueves, 4 de junio de 2020

La náutica de recreo avanza en la desescalada

Foto. Continúa la progresiva desescalada para la náutica de recreo en aquellos territorios de la provincia o unidad territorial que se encuentren en las fases II y III

Con fecha de 1 de junio, se ha publicado en el BOE la Orden SND/487/2020, donde se recoge la normativa que estará en vigor durante las fases II y III de desescalada y que da continuidad a la respuesta que la Dirección General de la Marina Mercante hizo al planteamiento de la asociación del sector ANEN para incluir la práctica de la navegación de recreo o deportiva, gradualmente, desde la fase 0 del Plan del Gobierno para la Transición hacia una Nueva Normalidad.

Según la nueva Orden SND/487/2020, se introducen las siguientes novedades, con respecto a la anterior , publicada el pasado 9 de mayo:

FASE II o intermedia, aplica a los territorios de la provincia o unidad territorial de referencia que hayan superado la fase I, así como en el ámbito territorial de cada una de las islas de las Comunidades Autónomas de Illes Balears -a excepción de los territorios sobre los que se acuerde la progresión a la fase III o avanzada- y Canarias:

  • Navegación y otras actividades náuticas de recreo de carácter privativo: se permite la navegación de recreo a todas las personas que se encuentren en la misma provincia, isla o ciudad autónoma en que esté amarrada la embarcación. Se incluyen todas las actividades náuticas de recreo, sin más limitaciones que las que rijan con carácter general, como pueden ser las de carácter territorial y la adopción de las medidas sanitarias de prevención.

La ocupación a bordo se amplía al 75% de las personas autorizadas en los certificados de la embarcación, salvo que se trate de personas que conviven en el mismo domicilio en cuyo caso se podrá alcanzar el 100% de ocupación. En todo caso, el número de personas a bordo de la embarcación no podrá exceder de 10.

En el caso de las motos náuticas, solo podrá ocuparla una persona a bordo, salvo que se trate de personas que residan en el mismo domicilio, en cuyo caso no podrán superar el número de plazas autorizadas por el fabricante de la misma.

  • Chárter náutico: se podrán alquilar, incluido en arrendamiento náutico, embarcaciones de recreo, motos náuticas y artefactos náuticos de recreo, por parte de personas que se encuentren en la misma provincia, isla o ciudad autónoma en la que se hallen las empresas de alquiler. Se aplicarán las mismas limitaciones sobre el número máximo de personas a bordo de embarcaciones y motos náuticas que rigen para la navegación privativa en esta fase.

  • Prácticas de navegación para la obtención de títulos de recreo que requieren del uso de embarcaciones: todas las personas a bordo deberán hallarse en la misma provincia, isla o ciudad autónoma en que esté amarrada la embarcación. La ocupación no podrá superar el 75% de las personas autorizadas en los certificados de la embarcación, sin que en ningún caso se pueda sobrepasar el número de alumnos especificado en el artículo 15.8 del Real Decreto 875/2014, de 10 de octubre, por el que se regulan las titulaciones náuticas para el gobierno de las embarcaciones de recreo.

  • En todos los supuestos anteriores, la navegación se limitará a las aguas adyacentes de los territorios de la provincia, isla o unidad territorial de referencia, siempre que no se superen las limitaciones o restricciones contenidas en los respectivos certificados, documentos o títulos de los buques y embarcaciones de recreo, las motos náuticas y los artefactos náuticos de recreo, así como de las personas tituladas que los gobiernan

La nueva Orden SND/487/2020, se refiere también, en su artículo 4, al Transporte turístico de pasajeros, y determina que en los territorios que pasen a fase II, los buques y embarcaciones dedicados al transporte turístico de pasajeros, que no sean buques de pasaje tipo crucero, podrán navegar y fondear en las aguas adyacentes de dichos territorios. En la Comunidad Autónoma de Illes Balears, la ocupación para este tipo de buques no podrá superar el 50% del número máximo de pasajeros que figure en sus certificados.

FASE III: ya se autorizan las actividades náuticas de recreo, sin más limitaciones que las que rijan con carácter general, como pueden ser las de carácter geográfico y la adopción de las medidas sanitarias de prevención.