Foto. Formación de marinería de la Armada de Nigeria. nautica.info
La armada nigeriana ha redoblado sus esfuerzos en la lucha contra la piratería en el Golfo de Guinea. Esta acción directa es una respuesta al rápido y constante aumento en los últimos tiempos de ataques de piratas en esta región que tienen un modus operandi diferente a la de la piratería somalí.
Cada vez son más frecuentes los ataques de piratas en el Golfo de Guinea. Los enfrentamientos entre la Armada de Nigeria y los piratas son bastante inusuales ya que estos suelen secuestrar los barcos para robar la carga y las pertenencias de la tripulación y abandonan el buque asaltado antes de la llegada de las fuerzas locales.
Sin embargo, el notable incremento de incidentes en la zona desde 2012 y especialmente en lo que va de 2020 ha provocado que se ponga en peligro el comercio y la navegación en una zona de transito tan importante como es el Golfo de Guinea. De hecho, esta inseguridad generada en la zona ha provocado una importantísima subida del precio de las primas de los seguro de los buques que operan en aquellas aguas. Esto tiene un efecto devastador sobre un país como Nigeria que está embarcado en una lucha para hacer frente a la insurgencia, la pobreza y la corrupción. Ello hace indispensable, según manifiestan fuentes de navieras que operan en la zona, que se empiecen a adoptar medidas para evitar que esta problemática aumente más y se extienda a otros países de esa región costera
A pesar de las carencias, la Armada de Nigeria tiene como una de sus prioridades básicas la lucha contra la piratería en la zona.
La principal diferencia entre la tipología de la piratería imperante en el Golfo de Guinea y las costas de Somalia es el petróleo. Este hidrocarburo y sus derivados alcanzan un alto precio en el mercado negro, que les hace extremadamente atractivos para las redes criminales. Estas redes utilizan a los piratas para secuestrar un buque cisterna o portacontenedores, con el objetivo de robar el cargamento para venderlo y obtener unas enormes ganancias en el mercado negro.
Se aprovecha la ocasión para secuestrar a la tripulación del barco en cuestión manteniéndola en cautiverio mientras se negocia un rescate, sometiéndolos durante este periodo a abusos físicos y mentales.
La fuerte demanda de petróleo procedente del mercado negro implica que esta situación continuará y en muchos casos se incrementará si no se le pone freno de una manera drástica, al igual que se hizo en su día en Somalia. A esta situación ayuda el desarrollo de métodos cada vez más sofisticados por parte de los piratas, quienes cuentan con apoyo de redes criminales y con la ayuda y complicidad de funcionarios corruptos que entre todos se reparten los cuantiosos beneficios de estas acciones.
En un esquema simplista se dice que si eliminase la avaricia y la corrupción de la ecuación, el robo de la carga dejaría de ser una actividad atractiva. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja que eso. Es necesario un esfuerzo concertado de la comunidad internacional, es decir, iniciar la presencia de fuerzas navales en la zona que ha logrado una disminución de la piratería en Somalia, pero en África Occidental, incluso, se necesitará más que eso para derrotar a la piratería. Para empezar habría que trabajar en la mejora de las capacidades de las armadas de la zona.
La Nigerian Navy (NN) es la rama marítima de las Fuerzas Armadas nigerianas. La estructura de mando de la Armada nigeriana consiste en el Cuartel General con sede el la capital, Abuja, tres mandos operacionales basados en Lagos, Calabar y Bayelsa. Un mando de entrenamiento con base en Lagos que cuenta con instalaciones diseminadas por todo el país, cinco bases operacionales, dos varaderos localizados en Lagos y Port Harcourt y dos flotas con cuarteles generales en Lagos y Calabar.
La flota dispone de unos 65 barcos de diversos tipos, a los que se unen una fuerza de helicópteros aeronavales y una pequeña fuerza de comandos de Infantería de Marina. Todo ello hace de esta fuerza una de las más poderosas de África. Aunque su adiestramiento y operatividad adolece de falta de eficacia.
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